Sipnosis.

La atestada ciudad de New York, el estres de las personas y frustación que les amargaba la vida en un mar que corría a la misma dirección, un mar de gente que cruzaba el centro de la ciudad, un mar de color negro y gris.

Bueno era dificl ir contra esa corriente mientras las personas se preocupaban por la bolsa y sus empleos.


¿Como se supone que iría contra la corriente? Mi vida ahora era esta, reportera de profesion y con 21 años de edad pienso que ya estoy más o peor que ellos.

Mi vida se reducía a la oficina- departamento, departamento- cafe.

No tenía lugar para demas cosas, siemplemente era imposible, tenía que escribir la nueva columna para la revista, no podía ni siquiera alimentar a un pez dorado.

Suspire y baje las escaleras del subterraneo, era invierno y New York era helado a estas horas de la noche, la genta caminaba con el celular pegado a la oreja mientras que yo me ponía el gorro color rojo sobre mi coleta de pelo rubio.

Tenía que pensar en un nuevo tema, Mr. Parker me lo exigía para el lunes y hoy era viernes, además navidad se acercaba y mamá me llamaba desde Colorado para que fuera.

Trate de entrar al tren, pero una de las carpetas que traia se callo e inevitablemente salí para recogerla, cuando lo hice y di la vuelta las puertas ya se habían cerrado.

-Maldición- me quejé-

Espere media hora para poder coger otro tren, después tome un taxi y al fin llegué a mi departamento.

Suspiré al entrar, volvería a cenar sola, enfrente de la computadora esperando a que la inspiración llegara.

Sola de nuevo.

Mi vida amorosa era un desastre, en realidad no estaba interesada en tener una relación. mamá me presionaba para uqe conociera a el hijo de una de sus amigas, el cual vivía aquí y bla bla.

-Necesito un nieto- se había quejado hace dos días en el telefono mientras yo comía los retsos de lasaña que había en la nevera- Es muy bien parecido, un buen partido.

Hbaía encontrado una excusa y colgé.

Me serví un plato de cereal y prendí la Laptop.


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Al otro lado de la ciudad.

-Vamos Jack- me gritaba Tom.

-CLaro chico- dije cogiendo mi guitarra electrica.

Tom y John me despeinaron el pelo color cafe mientras caminabamos al escenario del bar en el que tocaríamos esta noche.

Unas cuantas canciones y tragos, la vida que siempre quise, y me reí al escuchar la voz de mi padre en mi mente.

-Para eso te page la escuela de musica- me diría en este momento.

El gran Mr. Master estaba enojado que hasta estaba pensando en desheredarme.

A mos 22 años no tenía un trabajo estable y vivía en un departamento en Manjathan con Tom y John mis mejores amigos.

Las chicas me dieron sus telefonos, lo usual, unas gemelas pelirojas se atrevieron a acercarce y se fueron con Tom y John después de la tocoda, sabría que no llegarían a dormir esta noche al departamento.

Me recoste en la barra y pedí un vodka.

Suspiré, mientras veía a todos pasar, riendo y hebrios.

Estaba en un lugar lleno de gente y en vez de sentirme acompañado y feliz, sentía la soledad aplastarme.