Cap.21

Nos quedamos allí un momento, así abrazados, porque en realidad yo no sabía que hacer o decir.

Nunca había sido la chica que expresa sus sentimientos, durante mis años de secundaría y preparatoria había sido la chica reservada y callada, nunca salia y nunca había tenido muchas citas, mi trabajo había diso mi vida y lo que hacía siempre lo hacía con entrega.

Así que ahora, con la oportunidad de hacer algo diferente, de darle otro significado a mi vida, de entregarlo todo en una arriesgada apuesta y vivir lo que podría ser el amor de mi vida, no sabía que hacer.

Pero eso ahora no importaba, lo que importaba es de que estaba allí con Jack Master el chico que nunca soñé, pero que aun así estaba enamorada de él.

Nunca había estado tan asustada desde que estaba en 8 grado, cuando me había enamorado del chico más popular y la primera vez que el me hablo casi me desmayo, así me sentía ahora.

Asustada y emocionada.

-¿No vas a decir nada?- pregunto Jack.

-No se que decir- fui sincera.

-No sé tal vez un yo también te quiero- dijo él sonriendo.

Aun seguía pegada a él, era obvio que él estaba realmente feliz, al igual que yo.

-¿No lo haces?- dijo él ahora preocupado por mi silencio.

Se aparto de mi y me tomó por los hombros mirandome a los ojos.

-Yo...- me quedé muda.

-¿No lo sientes?- pregunto.

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Sus ojos azules estaban enfocados en mi, realmente aterrados mientras mi corazón se rompia en mil pedazos.

¿Ella no sentía lo mismo por mi?..

No yo estaba seguro que si, por la forma en que me había abrazado, por la forma en que me había devuleto la sonrisa, por su forma de ser conmigo.

- Jack, si, pero no si lo qeu siento es lo que pienso que es- dijo ella.

-Te voy a ayudar a descubrirlo- y sin decir más la besé, la besé desesperadamente, como si de ello dependiera la vida.

Estaba entregandole todo a ella en ese besó, trataba de decirle que a pesar de los errores que había cometido en mi pasado, de ser el hijo prodigo de mi familia, ella era la unica cosa que quería rescatar.

Me aparte y la miré, ella me rodeó los brazos, temblando no se si de frió o emocion, pues la nieve se hacía cada vez más fuerte y su cabello casi estaba lleno de ella al igual que su abrigo.

-Yo tampoco quiero dejarte ir- fue lo unico que dijo.

-Vamos, te llevaré a casa, esta haciendo mucho frió- le dije.

Caminamos hasta el auto sin decir nada, condujé con cuidado pues la carretera estaba congelada y algun exceso de velocidad podría causar algún accidente.

-Supongo que nos veremos- dijo ella sonriendo timidamente.

Sonreí, ahora no era la chica fría y segura.

-Si- y me incline para besarla antes de que saliera del auto.

Ella asintió y después salió del auto sin mirar atrás.

Dakota sería un trabajo duro, ella parecía estar hecha de hielo, pero cada vez se iba derritiendo un poco más, era un diamante en bruto y yo tenía que pulirlo.

Mi telefono celular timbro.

-Papá- respondí.

-Tengo que hablar contigo, tu hermana ya esta aquí- dijo él.

-Voy para allá- conduje por el centro me Manjathan y saliendo de la ciudad por una medio hora más o menos llegué a la lujosa residencia que una vez había sido mi hogar.

Lo hbaía dejado cuando mamá había muerto hace dos años.

El mayordomo me abrió la puerta y yo me dirigí a la sala donde allí estaba mi padre y mi hermana esperandome.

-¿Gusta un cafe, joven?- me pregunto el mayordomo.

-No, gracias- dije yo- ¿Que es lo importante que nos tienes que decir?- pregunte sentandome en la sala.

-Me voy a casar- dijo él dandonos la cara sin expreción.

Mi hermana toció pues casi se atraganta con el trago del café que había dado y yo me qudé allí como si me hubiera quedado estupido o algo así.

-¿Que?- pregunto Miriam impactada.

-Me voy a volver a casar- dijo él exasperado.

-No puedes hacerlo- dije yo con la voz ahogada- No puedes.

-Nada me lo impide- su voz era como siempre, inexpresiva, vacia.

-Tu amabas a mamá, ¿Como puedes estar siquiera pensando en casarte con alguien más?- grite yo temblando de pies a cabeza.

-Tengo derecho de hacerlo- también grito.

-¿Quien es?- pregunte.

-Mi asistente personal, Jessica-

Miriam solo miraba a la expectativa pero ahora se le entrecorto la respiración.

Jessica era una chica de apenas 20 años...

Salí corriendo de allí, no soportaba todo aquello, el simple recuerdo de mi madre me hacía querer llorar de dolor.

Ella había muerto en un accidente automovilistico, el día de año nuevo, su chofer y ella había chocado contra un trailer tratando de no chocar contra un ebrio que había patinado en el hielo de la carretera cuando venía a cenar a casa.

De eso dos años, si contamos este proximo, serían tres.

¿Como podía hacer eso mi padre?, él no podía solamente casarce así, tratando de llenar un vació que sería inrremplazable.

La impotencia y el dolor me llenaban el pecho y el rencor era más presente, si mi madre no hubiera muerto todo sería diferente, yo sería diferente..

No quise subir a mi auto y a pesar del frio que hacía empecé a caminar, a caminar simplemente necesitaba aliviar mi dolor de alguna forma.

No quería odiar a mi padre, él no era así, todo esto paso después de estos tres años, se había vuelto frio, vació y lo comprendida, pero esto se estaba llendo de sus manos.

Una chica menos que yo.

Eso era una locura, yo tener una madrastra.

El frió me había congelado ya las manos, la nieve ya se me había acumulado en la chaqueta y el pelo...

Pero no me importaba.

Al fin llegué a donde quería llegar, nisiquiera sabía que hora era, podría ya poder amanecer, de seguro caminar toda la ciudad me habría llevado más de tres horas...

Toqué el timbre ya en los bordes de mi conciencia..

-¿Si?- pregunto.

-Dakota...-

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El timbre no me había despertado, pues me era imposible consevir el sueño, aunque ya eran casi las tres de la madrugada.

-¿Si?- pregunte por el interfono que había..

-Dakota..- susurro..

-¿Jack?, ¿Jack? ¿Estas bien?- pregunte asustada, sabía que era él.

Me pusé las pantunflas y una bata y salí corriendo, el trayecto en asensor se me hizo eterno hasta que se abrió y salí a la calle, allí todo era blanco, la asera estaba cubierta al igual que los autos de hielo y el frió calava me hacía castañear los dientes.

Salí y me horrorize, allí estaba Jack tirado con el rostro pálido y los labios azules..

-Jack- grite asustada tomandolo en mis brazos.

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Solamente no me asesinen!!