Cap. 1

-¿Quieres la roja?- le pregunte a Nathan que estaba sentado en su cama mirando las dos camisas que había sacado de su closet.

El solo nego con la cabeza.

-¿La azul?- le insistí, él niño nego de nuevo.

-¿Entonces cual?- pregunte con la esperanza de que dijera el color.

Pero no, solo se levanto y tomó la verde.

Le sonreí y lo tomé en brazos para ponerlo de pies sobre la cama para poder cambiarlo.

Pero un temor me cruzo el rostro, Nathan no pronunciaba ni una palabra, nunca lo hacía, al principio pensamos que era un problema auditivo pero él esta perfecto...

Le quite la pijama y le puse la camisa, el solo se sujeto las agujetas de sus tennis y se puso el panalon.

Le sonreí a mi hijo, me miraba tan pasivamente como esperando a que hiciera algo..

Me aterraba pensar que él tuviera algún defecto, yo lo veía tan perfecto..

Mi casa no era tan grande ni ostentosa como la de Andrew, a Nathan le había afectado un poco no poder ver todos los días a Drew, el cual siempre le dedicaba algún tiempo de su día tan ocupado, hace 7 meses que nos habíamos mudado a la nueva casa.

Mi punto de no tener una casa con todas las comodidades y lujos era no llamar la atención de los medios, además quería dedicarle todo el tiempo a mi hijo.

Vivía en una casa afuera de la ciudad, en un fraccionamiento de buena condición social, donde había buena seguiridad y un buen pre-escolar.

Andrew venía a visitarnos dos veces por semana y me dejaba ayudarlo a revisar los guiones de sus nuevas producciones.

Hoy era su día libre como sabado y habíamos quedado de ir a Disneyland.

-Ve abajo y ahora bajo a prepararte tu cereal- el brincó y me obedeció.

Yo me senté en su cama y busqué bajo su almohada...

Y allí estaba lo que estaba buscando, esa foto que le había dado, la foto de su padre.

"Jack, cuanto le haces falta"

No quería llevar a Nathan con un psicologo, ya le había hecho pruebas tras pruebas, esperaba que él empezara a hablar por si solo.

Salí de su habitación y bajé las escaleras de la clasica casa, estaba pintada en un azul rey con acabados en blanco, modestamente adornada y cómoda.

Entré a la cocina donde Nath ya estaba sentado a la mesa de solo 4, saqué el cereal y lo serví con leche en un tazón, después un poco de jugo de naranja fresco.

Se escucho la puerta abrirse y una bolsa de papel se escucho...

-Andrew, ven a desayunar- le grite.

-Te vez encantadora hoy- dijo dejando una barra de pan integral, un pastelito y leche.

-Gracias, no tenías que molestarte en traer las cosas- dije mientras miraba como Nathan se levantaba y lo abrazaba.

-Hoy tiene que ser perfecto, la primera visita a Disenyland es importante para cada niño- miró insistentemente a Nath, esperando como cada día a que le dijera algo, pero el niño solo se limito a sonreirle con brillo en los ojos.

-Sientate y te prepararé café- me di la vuelta para hacerlo.

-En realidad, pasé a Starbucks y compré, un frapuchino para la linda mamá, un capuccino caramelo para mi y un rico pastelito de tres chocolates para el niño- dijo sacando de la bolsa.

-Gracias- le sonreí.

Hoy sería un gran día, me sentía feliz por primera vez en mucho tiempo.

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-Dejame en paz Grek- dije cerrando los ojos con fuerza, mi representante había abierto las cortinas y el dolor de cabeza me estaba matando.

-¿Ya miraste esto?- pregunto realmente molesto lazando lo que seguro era periodico hablando de lo que había hecho anoche.

-Lo hice, no necesito ver las notas de hoy- conteste dandome vuela en la cama.

-¿Me puedes explicar porque tienes esa pinta?- pregunto.

¿Que tenía de rara mi "pinta"?, era la que tenía desde hace dos años, ellos me había creado, me había hecho una "super estrella".

-No era lo que querían cuando me firmaron el contrato, les doy su dinero, dejen mi vida en paz-

-Necesitas salvar esto, Jack, sino perderas todo- me insistió quitandome la almohada de la cara.

La resaca era muy fuerte, no recordaba mucho de lo que había hecho ayer en la noche, desde que llegue a Los Angeles para un concierto, después de allí, era una morena y una pelirroja, ¿Donde esataba ahora? No tenía idea.

-¿Que quieres que haga entonces?- pregunte dispuesto a terminar con la discusión.

-Sal a convivir con la gente, ten- le lanzó algo a la cara, era solo un ¿pase?.

-¿Que diablos es esto?- pregunte tomandolo.

-Diviertete en Disneylandia, tendrás que hacer fila como todos los demás, Oh- me avento también un pulmón color negro y otro color plateado- Firma autografos con todos y fotos también, has lo que tengas que hacer..

Dicho esto salió de la habitación.

Me levante y todo me dio vueltas, algunas imagenes de anoche se cruzaron en mi mente y decidí darme una ducha, hoy sería un día largo..

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Todo iba bastante bien, protegida por mis lentes de sol y un buen bloqueador, caminabamos por todo el parque lleno de gente, admirando cada detalle, Andrew lo había hecho muy bien, todo estaba planeado para hacer que Nathan al fin lograra hablar.

Los personajes clásicos aparecían y los juegos estaban hechos para el entretenimiento de todos.

Drew sacaba millones de fotos, y Nathan tenía una enorme sonrisa dibujada en rostro, que lo hacía lucir sus bellos hoyuelos en la mejilla derecha.

-Ahora vuelvo- dijo Andrew sonriendo mientras miraba un hombre con diademas con orejas de Mickey Mouse.

Asentí y tomé la mano de Nathan con firmeza, mientras él miraba a su alrededor.

Pero alguien grito algo que no logré escuchar bien y todos se amontonaron alrededor de algo.

-Mira mami- me quedé pasmada allí mismo de la sorpresa, la voz dulce y suave había salido de Nathan, pero este no hacía caso de mi cara de emoción sino que apuntaba adelante.

Levante la mirada sonriendo..... hasta que me encontré con lo que había hecho a mi hijo hablar por primera vez...

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Los Ray-ban clásicos cubrían mis ojos y caminaba despreocupado por el parque, no esperaba encontrar nada interesante, pero hice lo que Grek me había pedido, tenía una multidud de gente a mis espaldas..

Alguien grito y todos concentraron su atención en mi, hasta que algunas personas dejaron las filas que llevaban haciendo por horas solo para obtener una foto o autografo y aunque los gritos y tantas voces me estaban mareando, pude escuchar perfectamente ese... -Mira mami- de un niño pequeño.

Levante mis ojos para ver de quien era esa voz, sentí una ternura dentro de mi que no tenía desde hace tiempo.

Y miré primero al pequeño niño rubio de ojos azules...

Esos ojos.

Oh Dios Mio.

El pulmón se me resbalo y calló al suelo.


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Primer capitulo..... Que emoción, espero que les guste, no más que eso que les encante :D


Gracias por comentar, también espero que les guste la nueva imagen.


Lo que dice es: Esto no es el adiós :D


Las adoro :D